lunes, 28 de junio de 2010

PALOMAS


Para Angy


Tus pechos, palomas sigilosas

enardecidas en su nido palpitante

me perturban,

me provocan,

me inquietan,

me socavan,

me erosionan,

me rompen en fragmentos incendiados

y arrastran turbulentos hacia su abismo,

tibio, pálido, blando y turgente,

mi boca húmeda desesperada de besos.

Mis labios sedientos de la tersura infiel

de la cárcava suave que los separa,

se deslizan hundidos y hambrientos

en su altiva la curvatura turgente.

Desde mis escombros de macho solo

acecho el incesante palomar de tus pechos

como un tigre herido en el verde furioso

de la jungla impenetrable de tu cuerpo.

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