viernes, 26 de diciembre de 2008

VISION DE VERO


Para Vero

Mujer total en la plenitud de tu belleza

lánguida musa sensual e insaciable,

sobre tu pálida piel deposité mis deseos

y fuiste ansiada en deliciosa erección,

y como una reina concediste a tu vasallo

la visión de tu sexualidad desatada,

y fue un erótico sueño cumplido,

ahí detrás del cristal poseí tu cuerpo

desde la femenina e incitante imagen:

de tu brassier que en negra telaraña

no oculta tus dulces y breves pechos,

las pequeñas bragas sobre tu tímido clit,

y las negras medias que confirman

la perfección excitante de tus piernas,

hasta tu ardiente desnudez de hembra.

Vi tus pechos con sus pezones de niña

vi tu tierno clit en sexual desparpajo

vi tus manos acariciándote a ti misma

en tentadores e impúdicos movimientos,

y te vi una linda mujer hembra niña

y estaba ya tan caliente y excitado por ti

que no pude ni quise evitar masturbarme

ante la visión de ese lindo cuerpo deseable,

y me masturbé intensamente por ti reina

sintiendo todo lo hembra y mujer que eres

y te gocé solitario a través de la distancia

y acabé saciado en una deliciosa eyaculación

y fue un sueño maravilloso que se cumple

para este vasallo que se rindió agradecido ti.


jueves, 11 de diciembre de 2008

BUSCO TU VOZ

Para Jolette


Buscare tus ojos hasta en fondo del infierno

con la desesperación del naufrago insistente

con el hambre viva y herido en la sed de ti,

para encontrar al fin tu voz desconocida.

Buscare tus ojos en las calles del vicio

y en los altos vitrales de las iglesias,

abriré las tumbas de los amores muertos,

socavaré con furia la esperanza de los felices

y beberé la sangre amarga de los infelices,

con las ansias mas oscuras y siniestras

de encontrar al fin tu voz desconocida.

Buscare tus ojos por el borde del miedo

aterrado de no encontrarte nunca,

pero no habrá puerta que no abra

ni patio donde no rastree tu perfume.

Ebrio, violento, seguiré las huellas,

los pequeños vestigios, los fragmentos,

que en algún lugar tendrá que dejar tu presencia.

Podrás negarte, huir, esconderte,

decir que no existes, desaparecer,

pero seguiré buscando como lobo hambriento

tus ojos tristes en todos los ojos que me miren

hasta encontrar al fin tu voz desconocida.

Solo tu voz, aunque sea en el fondo del mismo infierno.


CINCUENTA Y UNO


Para Jazmín


No haya número que limite de tu cuerpo tus impúdicos deseos

ni cifra que borre de tu alma tus candentes sueños femeninos

porque deseos y sueños te habitan como esas fuertes raíces

que se aferran a las resecas arenas de un aun solitario desierto.

Lo que hay son esperanzas, ilusiones de un día o una noche

entregada a un macho que te rompa los fríos cristales

que entre en ti como un toro urgiendo tu piel con su fuego

hurgando en tu jardín perfumado, quebrando el ramaje,

pisoteando las flores, desvirgándote como hembra en celo,

montándote como en tus más ardientes y eróticas pesadillas.

Y porque además los años te embellecen, te dan esa madurez

que dan los días soleados a las vides para dar un vino más dulce,

y tu piel tiene la suavidad de la seda, que con solo tocarla despierta

y tu boca esta más cerca del beso o de aquel delicioso pecado.

Veo tu imagen y eres la misma flor de jazmín encendida

recortada por el recato que guarda el secreto de tu vida,

y tus piernas con tus medias como siempre me excitan

y el vestido te hace ver más mujer, más hembra, mas dama

y el collar, la pulsera y tus tacos plateados más reina

de toda la feminidad que posees, hasta en la coqueta pose

que a propósito muestra sensual tu pequeño y tierno clítoris.


DAMA DE ROJO


Para Casandra


Delicada dama sentada en actitud de reina

rojo y piel que deslumbra al que te observa

con tu boca de rojo incitante sonriendo

dueña de los deseos de quienes te miran.

Y en tu coqueta elegancia de señora

vas dejando el rastro de tu perfume

como un ámbito de sensualidad quieta

donde los deseos carcomen las miradas.

Solo por tocar tu piel daría todo el reino,

por oler entre tus pechos el aroma secreto,

y más por deslizar la caricia de mis manos

por tus pálidas piernas de tibio mármol,

suaves columnas hacia el tierno enigma.

Delirio de sentir tus manos sobre mi cuerpo

el sutil rasguño de tus largas uñas femeninas

el roce de tu pelo perfecto sobre mi rostro

tus misteriosos ojos maquillados como princesa

y de tus labios un susurro diciendo tu nombre.


miércoles, 3 de diciembre de 2008

LA ALTA ESFINGE


Para Maricarmen


Alta como la esfinge misteriosa con que sueño

Estilizada, elegante, de alegre risa coqueta

Rubia de ojos egipcios y roja boca para el beso

De largas piernas delgadas para sutiles caricias

De muslos suaves, incitantes, de imaginada tibieza

Reina vanidosa en su dulce belleza inquietante.

Exploraría desesperado como un viajero sediento

Desde los blancos tacos de tus femeninos pies

Arañando la seda transparente que cubre tus piernas

Te hurgaría entera bajo el breve rosado vaporoso

Rompería como una flor perfumada tu blusa

Y abriría tu brassiere con afán de naufrago

Para rozar tus pequeños senos turgentes.

Recorrería tus brazos con caricia seductora

Hasta llegar a tu rostro besando la sonrisa

Oliendo tu perfume en el borde de tu cuello

Hechizado en el reflejo lánguido de esa mujer

que habita anocheciendo la profundidad de tus ojos.

Y luego, ya saciado de piel y besos y aromas

Bajaría tu falda con sensual lentitud de amante

Adivinando el color de tus bragas pequeñitas

Entonces mi mano coparía tu secreto clítoris

Esa tierna convexidad que te hace distinta

Como la alta y deseada esfinge con que sueño.


RETRATO DEL BREVE ROJO

Para Maribel

El fondo es de un tenue blanco antiguo, que genera un ámbito de delicada suavidad. En su esquina inferior izquierda presenta dos o tres leves pliegues para romper la uniformidad de la fotografía. El piso es una tela blanca sedosa, plegada en desorden como las sabanas de un lecho donde se hizo el amor.

Ahora bien, sobre ese fondo y sobre ese piso hay un cuerpo femenino y sensual que da la espalda al espectador. Es un cuerpo pleno, de curvas marcadas, sexuales y excitantes. El cabello largo y negro dividido en tres perfumadas cascadas, cae dócil sobre la espalda y a la vez hacia delante sobre cada uno de sus hombros.

La postura del cuerpo es arqueada hacia delante, remarcando las hermosas nalgas y la sinuosidad de su cintura. Un vestido negro transparente muy corto lo cubre a medias, pues la hermosa ánfora de su traserito se percibe con sexual nitidez, sus corvas duras, y ese surco que esconde la flor del placer que se dibuja como una ardiente curva del deseo.

Sus hombros desnudos, de piel pálida, suave a la vista y seguro a las caricias, se ven con apremios de tocarlos y besarlos desde atrás para paladear su intenso sabor a hembra. Los brazos, uno descansando placido pegado a su cadera izquierda como una modelo que se acaricia la turgencia de su cadera. El otro apoya la mano en el borde superior de la cadera derecha, la mano abierta con el pulgar hundido en la carne tibia y los otros dedos tocando su ingle con la sensualidad de una diva.

Y luego sus piernas, desnudas, de suavidad y tersura de mujer perfecta, están en pose semiabiertas para mostrar sus torneadas y femeninas formas, el vértice superior donde se unen abre a la imaginación del excitado fisgón toda la imaginería de una dama ambigua, pero solo se adivina en ese entrepiernas el oculto secreto que la hace distinta. En el borde superior de la hermosa pierna derecha se alcanza a divisar el borde de la media, color carne, lo que le da el toque de coquetería a la perfección de ese ángulo inquietante.

Sus pies, calzados con elegantes tacos negros sin talón están plantados con la actitud segura de la hembra que se sabe deseada. Un detalle inquietante que solo un observador dedicado alcanza a distinguir, es que en la mano derecha, un delgada pulsera roja, avisa que la brasa de ese cuerpo esta viva y arde en el pecado de todo aquel que mira y desea la deliciosa imagen de Maribel.