Te ofreces impúdica a mis ojos inclementes
al fuego del potro que se erecta y endurece
te expones a mis pene-trantes fantasía de ti
a la dura suavidad del tenso príapo del dios fálico
te dejas desear hasta el vicio, hasta la saciedad,
hasta la solitaria masturbación del macho en celo,
te exhibes como hembra rendida a la pene-traciónsabiendo que mi verga en ti arderá hasta las cenizas
como dura leña carnal en la soñada pira de tu cuerpo.
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