Para Alma Patricia
Calzada González
Quieta, solitaria mujer, hembra silenciosa
anónima en tu provocativa semidesnudez
con tus carnes trémulas esperando al macho
que erecto y endurecido venga a consumar
en una danza salvaje tus soñadas sodomías
y tu boca mame succione el falo imponente
hasta el borde de la inminente eyaculación
y tu capullo se abra palpitante y hambriento
allí entre las combas impuras de tus nalgas
y el fauno derrame su espeso licor seminal
en las femeninas profundidades de tu cuerpo
mientras tú sigues quieta, solitaria, silenciosa.
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