Para Jazmín
No haya número que limite de tu cuerpo tus impúdicos deseos
ni cifra que borre de tu alma tus candentes sueños femeninos
porque deseos y sueños te habitan como esas fuertes raíces
que se aferran a las resecas arenas de un aun solitario desierto.
Lo que hay son esperanzas, ilusiones de un día o una noche
entregada a un macho que te rompa los fríos cristales
que entre en ti como un toro urgiendo tu piel con su fuego
hurgando en tu jardín perfumado, quebrando el ramaje,
pisoteando las flores, desvirgándote como hembra en celo,
montándote como en tus más ardientes y eróticas pesadillas.
Y porque además los años te embellecen, te dan esa madurez
que dan los días soleados a las vides para dar un vino más dulce,
y tu piel tiene la suavidad de la seda, que con solo tocarla despierta
y tu boca esta más cerca del beso o de aquel delicioso pecado.
Veo tu imagen y eres la misma flor de jazmín encendida
recortada por el recato que guarda el secreto de tu vida,
y tus piernas con tus medias como siempre me excitan
y el vestido te hace ver más mujer, más hembra, mas dama
y el collar, la pulsera y tus tacos plateados más reina
de toda la feminidad que posees, hasta en la coqueta pose
que a propósito muestra sensual tu pequeño y tierno clítoris.
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