Para Erika
Toda tu piel
suavidad que se adivina
nalgas pálidas
hombros, espalda
muslos
ese brazo
tu cuello bajo tu pelo,
y lo que se insinúa
bajo el oscuro ahumado
de tu body insinuante
de tus medias coquetas,
despierta las ansias
los deseos pervertidos
la virilidad endurecida
del macho que te mira.
Y ahí arriba,
como alta estatua
de dulce carne encendida,
detentas el goce secreto
de una misteriosa,
plena, dulce y densa,
sexualidad invertida.
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