jueves, 26 de junio de 2008

LA FLOR ENCENDIDA


Para H.

En la sensual y deliciosa sensación
de la femenina tela sobre tu cuerpo
surges hembra como de un capullo.

Ese tenue roce te excita y despierta
en la profundidad de los instintos
la flor sexual que en ellos habita.

Tus muslos, tus caderas, tus nalgas,
tus pechos, viven la suavidad erótica
que tu alma desde siempre anhela.

Entonces la intimidad carnal de esa flor
siente la caricia ceñida del sutil tejido
y se erecta como un pistilo escondido.

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