Para Beatriz de las
flores rojas
Goce sublime el
mirar la deliciosa curva de tus glúteos
esa comba tibia y
suave que erecta hasta el secreto placer
en esa posición de
pasiva entrega sexual e inquietante
que hace agua la
boca y sensible el glande en el pantalón,
ahí en el rojo
clavel que adorna en tu morena pantorrilla
y en las rojas
rosas que encopan tus breves pechos femeninos
la selva azabache
de tu pelo que oculta pudorosa tu rostro
la blanca sábana
con florcitas y el cojín de hojas otoñales
ahí hincada en un
cuatro lascivo, semidesnuda excitando
entre un rumor de
salvajes machos que te miran erguidos
incitando a
cabalgarte hasta el delirio de la eyaculación
y tú quieta al
acecho esperando la sublime penetración
que te rompa en los
hondos quejidos de tu ceñida lujuria.
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