Para Briggite
Ahí, sobre el lecho, medio escondida
Reflejada apenas en el pequeño espejo
Escurre sobre ti una corriente de deseos
Arroyo o vertiente de fuegos seminales
Bajo la santa Marilyn yaces así deseada
Encogida perseguida por flujos de semen
De falos inhiestos que buscan tu tibieza
Para pene-trarte hasta el grito y el desespero
Para socavar tus ansias de hembra insegura
Para hundir entre tus nalgas sus durezas
Para hacerte florecer como violada violeta
Ahí, de negro misterioso, de rojo ardiendo
De piel morena, suave como tus susurros
Ahí, ente la iridiscencia sublime del cortinaje
Como una virgen solitaria que sueña y espera
Te escondes, en un afán de equivoca seducción
Ocultas tu rostro como una ninfa avergonzada
Voluptuosa, inocente del pecado de tus muslos
De las delicia de tu confuso encanto silencioso
Del hechizo, del hambre devoradora de tu cuerpo
De la turgencia de tus curvas en carnal escorzo
De la sensación de tu perversión insaciable
Ahí, ocultando el vuelo sexual de la mariposa
Como recién si acabara de salir de tu capullo.